

En una sociedad en la que prima la inmediatez, la moda no es la excepción. Lo vemos a diario en las redes sociales y en las tiendas: las colecciones se renuevan casi sin que nos demos cuenta y nuestra forma de consumir la ropa ha cambiado drásticamente con respecto a hace unas décadas. Todo esto se debe al auge del fast fashion, un planteamiento que ha transformado la industria de la moda y que es imprescindible conocer para trabajar en este sector.
Programas como el Grado en Gestión y Comunicación de Moda de Creative Campus de la Universidad Europea o su modalidad a distancia, el Grado en Gestión y Comunicación de Moda online, pueden ayudarte a dar los primeros pasos en este mundo. Si quieres saber más sobre el fast fashion y entender por qué se está imponiendo como modelo de negocio, te lo contamos a continuación.
El fast fashion es un sistema de producción textil basado en ofrecer prendas nuevas de forma continua, a bajos precios y con tiempos de fabricación muy reducidos. La idea es adaptarse con rapidez a las tendencias, ya sean las que nacen en las pasarelas, las que ponen de moda los influencers o aquellas que surgen a raíz de fenómenos virales.
El sector retail se ha beneficiado enormemente de este modelo, ya que permite a las tiendas poner prendas a la venta en cuestión de días, y el comercio online lo ha potenciado aún más. Para que entiendas bien cómo funciona, estos son sus rasgos más característicos:
Debido a la cantidad de prendas que se ponen en circulación y la velocidad a la que esto sucede, en algunos casos se puede hablar incluso de ultra fast fashion. El impacto que este fenómeno está teniendo en el sector y el medioambiente es difícil de ignorar.
Pese a que tiene consecuencias negativas como veremos más adelante, el fast fashion ofrece a las empresas y los consumidores una serie de ventajas que explican su popularidad:
El fast fashion ha democratizado el acceso a las tendencias. Gracias a los precios bajos y la enorme variedad, cualquiera puede ponerse cierto tipo de prendas que antes estaban disponibles solo en marcas de lujo.
Si te gusta cambiar de look con frecuencia, gracias a este modelo tienes nuevas opciones disponibles cada semana. Es un formato atractivo para consumidores jóvenes o que están muy pendientes de lo que se lleva.
El fast fashion ha generado empleo y ha dinamizado el sector retail, permitiendo que muchas marcas multipliquen sus beneficios y se expandan internacionalmente.
Aun así, la rapidez tiene un coste. Las principales desventajas del fast fashion están relacionadas con la sostenibilidad, la calidad y el impacto social.
La gran producción de prendas genera toneladas de residuos textiles y un consumo elevado de recursos naturales. Por eso, en contraposición, en los últimos años han ganado importancia otros planteamientos, como la moda sostenible y la moda circular.
Al utilizar tejidos más económicos, las prendas son de peor calidad y suelen estropearse antes. Esto fomenta un ciclo de compra más rápido y hace que se tire ropa con más frecuencia.
La fabricación acelerada puede derivar en situaciones de precariedad en algunos países. Por ejemplo, es muy común que las marcas grandes lleven su producción a regiones que permiten salarios más bajos o jornadas de trabajo más largas para abaratar costes.
Las consecuencias afectan tanto al planeta como a quienes consumimos la moda. A causa de este modelo, muchas personas están empezando a reflexionar sobre sus hábitos de compra e interesarse por alternativas con un menor impacto ambiental.
El fast fashion ha impulsado numerosos debates sobre responsabilidad y transparencia. Para un consumo sostenible, es importante pensar más detenidamente en el tipo de prendas que compramos, cuánto duran y cómo se producen.
A nivel laboral, el fast fashion también ha impulsado la demanda de nuevos profesionales. La necesidad de adaptación continua a las tendencias y las preferencias de los consumidores ha hecho que, por ejemplo, el análisis de datos cobre importancia en el sector y que surjan nuevas carreras relacionadas con la moda.
Mientras que algunas empresas tratan de acortar sus ciclos de fabricación y agilizar las cadenas de suministro para adaptarse al modelo del fast fashion, otras marcas están haciendo justo lo contrario: para diferenciarse, están incorporando materiales reciclados, adoptando nuevos sistemas de producción responsable y creando líneas más sostenibles.
En cualquier caso, el fast fashion forma parte del día a día de millones de personas, y entender su funcionamiento nos permite tomar decisiones más conscientes y valorar qué tipo de relación queremos tener con la moda. A nivel profesional, si estás pensando en estudiar moda puedes consultar los diferentes grados y másteres que ofrece Creative Campus y matricularte en el que más te interese.