

En la última década, el papel de los datos ha cobrado tanta importancia que hay quien los denomina el “petróleo digital”. La metáfora no es exagerada, ya que vivimos rodeados de información, pero solo quienes saben interpretarla y comunicarla pueden sacarle verdadero provecho. Por eso son tan importantes las disciplinas como el diseño de la información, que es el proceso de transformar información compleja en mensajes visuales claros y eficaces, facilitando la comunicación entre emisores y receptores en contextos diversos.
Si crees que esta puede ser una buena salida para ti, estudiar el Máster en Diseño Gráfico en Creative Campus de la Universidad Europea o su modalidad a distancia a través del Máster en Diseño Gráfico online, te ofrecen una puerta de entrada a este sector. Esta titulación, que ha recibido la calificación de Máster n.º 1 en diseño gráfico según el Ranking de Mundo Posgrado 2025, te enseñará a dominar las últimas herramientas y tecnologías para liderar proyectos creativos de impacto.
En este artículo te explicamos qué es exactamente el diseño de la información, cuáles son sus principales aplicaciones y cómo es el día a día de quienes se dedican a esta apasionante labor.
El diseño de la información es una disciplina que se encarga de organizar y presentar datos de manera que sean comprensibles, accesibles y útiles para el público objetivo. No se trata solo de que resulten atractivos, sino de lograr que el contenido cumpla una función comunicativa clara y eficaz.
Este tipo de diseño se aplica tanto a medios impresos como digitales, y puede encontrarse en infografías, visualizaciones de datos, presentaciones, informes anuales, sitios web, interfaces de usuario y otros recursos comunicativos. Su principal objetivo es facilitar la toma de decisiones o la comprensión de temas complejos a través de estructuras visuales bien diseñadas.
El diseño de la información va más allá del simple diseño gráfico. Aunque comparte muchas herramientas y técnicas, se centra en cómo se transmite el mensaje, teniendo en cuenta elementos como:
Como en cualquier disciplina creativa, el diseño de la información sigue un proceso estructurado que permite desarrollar soluciones efectivas y coherentes. Este proceso creativo suele dividirse en las siguientes etapas:
Todo comienza por entender quién va a recibir la información y qué se quiere comunicar. Analizar al público objetivo es fundamental para decidir el tono, la complejidad del contenido, el tipo de soporte o el estilo visual. No es lo mismo diseñar para adolescentes que para profesionales de un sector técnico.
Antes de diseñar, es necesario recopilar y organizar la información. Esta etapa implica investigar, filtrar y estructurar los datos, buscando siempre su relevancia y fiabilidad.
Aquí se decide cómo se va a distribuir la información: qué se destaca, cómo se ordenan los contenidos y qué elementos visuales ayudarán a la comprensión (diagramas, iconos, gráficos, etc.).
En esta etapa se define la apariencia: tipografías, colores, ilustraciones, estilo de iconografía e incluso elementos de identidad como el logotipo. Aquí se combina la creatividad con la funcionalidad para crear una experiencia visual efectiva.
Una vez creado el diseño, se prueba con personas reales. ¿Entienden el mensaje? ¿Les resulta visualmente agradable? Esta etapa permite detectar posibles fallos de interpretación o problemas de accesibilidad.
Finalmente, se publica o distribuye el diseño final en el soporte elegido: web, redes sociales, cartelería, presentaciones, etc
El diseño de la información se ha convertido en una herramienta clave, con numerosas aplicaciones entre las que destacan las siguientes:
El día a día de un diseñador de la información combina análisis, creatividad y mucha comunicación. Su rol puede variar dependiendo del sector o la organización donde trabaje, pero en general se espera que:
Además, en un entorno donde todo evoluciona muy rápido, es fundamental estar al día de las nuevas herramientas, formatos y tendencias visuales.
El diseño de la información no es una moda pasajera. En un mundo saturado de estímulos visuales y sobreinformación, la capacidad de sintetizar y organizar mensajes con claridad es más necesaria que nunca. Empresas, instituciones públicas, medios digitales y startups buscan profesionales capaces de conectar con su audiencia de manera eficiente.
Estudiar esta disciplina no solo abre puertas en el sector del diseño, sino también en comunicación, análisis de datos, marketing digital y docencia, entre otros campos. Si estás pensando en estudiar diseño y dedicarte profesionalmente a un área con gran proyección profesional, te invitamos a consultar las diferentes carreras y másteres que se imparten en el Creative Campus en la Universidad Europea.