

En el mundo del desarrollo de videojuegos, existen elementos técnicos que resultan fundamentales para crear experiencias visuales impactantes. Uno de los componentes más importantes es el mesh, una estructura básica que da forma a todo lo que vemos en pantalla.
Los profesionales del sector necesitan dominar estos conocimientos técnicos para destacar, ya que son los que constituyen la base del modelado 3D y la representación visual de los juegos. Esta formación especializada es lo que ofrece el Grado en Diseño de Videojuegos en Madrid o en modalidad online de la Universidad Europea, que prepara a los estudiantes con las habilidades que demandan los estudios de desarrollo.
A continuación, veremos qué es un mesh y qué tipos hay, así como cuáles son las partes fundamentales de estas estructuras y para qué se usan.
Un mesh, o malla en español, es una estructura tridimensional formada por una colección de vértices, aristas y caras que definen la forma de un objeto 3D dentro de un videojuego. Estas mallas constituyen la base sobre la que se asientan elementos visuales como personajes, escenarios, objetos y prácticamente todo lo que vemos renderizado en pantalla.
Los meshes son esenciales en el desarrollo de videojuegos, porque determinan cómo se visualizarán los objetos en el mundo virtual. Es decir, son como el esqueleto que da forma y estructura a todas las creaciones visuales del juego.
En la industria se usan diferentes tipos de meshes o mallas:
Entender la anatomía de un mesh es crucial para dominar el arte del modelado 3D en videojuegos:
Los vértices son los puntos individuales en el espacio tridimensional que definen la estructura básica del mesh. Cada vértice contiene:
La cantidad y distribución de vértices determinan el nivel de detalle y la complejidad del modelo.
Las aristas son líneas que conectan dos vértices adyacentes. Estas conexiones definen el flujo de la malla y son fundamentales para:
Una buena disposición de aristas es crucial para conseguir deformaciones naturales en los tipos de videojuegos que requieren animaciones complejas.
Las caras son las superficies que se forman al conectar tres o más vértices. En la mayoría de los motores modernos, las caras se dividen en triángulos (tris) para el renderizado final, aunque los artistas suelen trabajar con cuadriláteros (quads) por su mayor flexibilidad.
Los meshes son elementos versátiles con múltiples aplicaciones en la creación de videojuegos:
La aplicación más evidente es la creación de todos los elementos visuales que componen el juego. Desde los protagonistas hasta el último detalle del escenario, todo requiere un mesh bien diseñado para ser representado en el mundo virtual.
Cuando aprendes a crear videojuegos, uno de los primeros desafíos es dominar la creación y manipulación de estas estructuras 3D.
Los meshes no solo sirven para la representación visual, sino también para definir volúmenes de colisión, establecer límites físicos para la interacción y determinar cómo responderán los objetos ante impactos o fuerzas.
Para ello, se suelen crear versiones simplificadas de los meshes visuales que optimizan los cálculos de física sin comprometer la apariencia.
Para que un videojuego funcione correctamente, es necesario optimizar los meshes. Esto se consigue mediante técnicas como reutilizar una misma malla para varios objetos idénticos, mostrar solo los meshes visibles por la cámara, y utilizar versiones simplificadas de los modelos cuando están lejos del jugador. Estas estrategias mejoran la fluidez del juego sin sacrificar la calidad visual, un tema fundamental que se estudia en el Máster en Videojuegos online o presencial en Madrid.
Los meshes representan los cimientos sobre los que se construye toda la arquitectura visual de un videojuego. Conocer en profundidad estas estructuras permite a los diseñadores y desarrolladores expandir los límites de lo posible en términos de calidad visual, rendimiento y jugabilidad, elementos que definen las experiencias de juego más memorables.
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