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Diseño
28 feb 2024

El arte comercial: su evolución a través del tiempo

Editado el 03 Mar. 2024
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La relación entre el arte y la publicidad siempre ha sido compleja. La mayoría de las sociedades modernas dependen fundamentalmente del consumo, por lo que en un mercado saturado la publicidad es una valiosa herramienta para destacar y llamar la atención del consumidor. Recurrir a las emociones que despierta el arte es una estrategia para apartarse del comercialismo puro y duro adentrándose en el terreno de las preferencias, los gustos e incluso los valores

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¿Qué es exactamente el arte comercial?

El arte comercial se enfoca fundamentalmente en la elaboración de diseños creativos para comunicar mensajes utilizados por la industria y el comercio para promocionar y vender sus productos o servicios. Hecha para conectar con el gran público, suele tener un fin eminentemente publicitario.

El arte comercial se vale del color, el dibujo, la tipografía, el diseño gráfico o multimedia y la fotografía para promover productos, servicios, marcas o empresas. Tradicionalmente se ha utilizado en el diseño de libros, carteles publicitarios, afiches, logos y envases de productos, pero en la actualidad también se usa en los formatos digitales y sus aplicaciones se han extendido a diferentes sectores más allá de la publicidad, como el cine, la televisión, el diseño industrial, la moda y el diseño de interiores.

El origen del arte comercial y su evolución a lo largo del tiempo

Es difícil precisar el momento exacto en que surgió el arte comercial, pero uno de sus primeros exponentes fue la pintura Burbujas de Sir John Everett Millais. Esta conocida obra de arte del pintor inglés se utilizó abiertamente con fines publicitarios por la compañía británica de jabones Pears. La pieza fue vendida al director de A & F Pears, Thomas J. Barratt, quien adquirió los derechos de autor y luego la explotó comercialmente para vender los productos de su marca.

Sin embargo, el punto de inflexión para el arte comercial se produjo durante el movimiento Art Nouveau de finales del siglo XIX. Este movimiento artístico ofreció un estilo revolucionario caracterizado por formas naturales y movimientos sinuosos que se diferenciaba enormemente del tradicionalismo y la seriedad del arte académico predominante. Dicho estilo encajó a la perfección con un arte más nítido, gráfico y reproducible que podía consumirse como publicidad. En esa época, las obras del pintor checo Alphonse Mucha tuvieron un papel protagónico.

Más tarde, en la década de 1920, el movimiento Art Déco abrazó por completo el arte comercial e influyó de manera decisiva en los materiales visuales de la época, desde el diseño gráfico de vallas publicitarias hasta la presentación de productos. Su objetivo era transmitir el glamour y la pujanza de las sociedades cosmopolitas que estaban floreciendo en aquella época.

La “revancha” del arte comercial

En la década de 1950 e inicios de 1960 se invirtieron por primera vez los roles del arte y la publicidad de la mano del Pop Art. Este movimiento artístico explotó el concepto de consumo pues se inspiraba en la imaginería de la cultura popular que representaban los medios de comunicación, la publicidad y los productos fabricados a escala industrial.

Una de las obras más icónicas del arte pop es Latas de sopa Campbell de Andy Warhol, la cual presenta 32 ilustraciones de las famosas latas de sopa Campbell, con una iteración para cada uno de los diferentes sabores disponibles. A partir de ese momento, se entremezclan el arte, la publicidad y la homogeneidad de la cultura popular.

En la actualidad, las empresas siguen esforzándose por ser diferentes, reconocibles y memorables, por lo que destinan parte de sus recursos a crear una imagen de marca única. La necesidad de distinguirse en el mercado les conduce a los brazos de los artistas y diseñadores gráficos, que son los encargados de transmitir visualmente la esencia de la marca al gran público.

Con la llegada de la era digital, el arte comercial se ha actualizado. Ahora se utiliza en el diseño web y de anuncios digitales, así como en la creación de personajes y entornos de videojuegos. También se ha ganado un espacio en la decoración de interiores y se está abriendo paso en el ambiente urbano gracias a imágenes potentes cuyos mensajes resuenan en la cultura colectiva.

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