

Un cortometraje animado es una pieza audiovisual de corta duración (generalmente, menos de 30 minutos) creada con técnicas de animación. Su objetivo es transmitir una historia, un concepto o una emoción de forma directa, visualmente atractiva y, en ocasiones, experimental.
Este formato permite a los creadores explorar narrativas complejas con un presupuesto ajustado. Por esto, es muy popular en festivales y plataformas digitales. Además, destaca por su libertad creativa: no necesita seguir los códigos del cine tradicional y puede mezclar estilos, jugar con la estética o centrarse en un mensaje muy concreto.
La animación ha abierto puertas a nuevas formas de contar historias, y los cortos se han convertido en un formato ideal para experimentar con múltiples estilos y técnicas. Si te apasiona este universo creativo, entender cómo funcionan este tipo de piezas puede ayudarte a dar tus primeros pasos.
Muchos estudiantes comienzan su camino formándose en el Grado en Animación presencial en Madrid en Creative Campus de la Universidad Europea, o bien eligen la flexibilidad del Grado en Animación online, dirigido a quienes quieren aprender a su ritmo desde cualquier parte. En este post, veremos cuáles son las características de este tipo de cortometrajes.
Aunque existe una gran variedad en este tipo de producciones, las principales características de un corto de animación son las siguientes:
Como no suelen superar los 30 minutos, los cortometrajes requieren una construcción narrativa directa y clara. Cada escena debe aportar información útil, y no hay espacio para tramas secundarias muy elaboradas.
Permiten combinar técnicas como la animación 2D tradicional y el 3D, el stop motion, o el motion graphics. Muchos de ellos también integran la animación con fondos o elementos de imagen real.
Muchos cortos se centran en transmitir una idea clara, explorar una emoción o enviar un mensaje social. La brevedad del formato favorece que el impacto llegue de forma inmediata.
Aunque normalmente los equipos son pequeños, suelen incluir perfiles como animadores, guionistas, especialistas en sonido y, en algunos casos, un director de arte que marca la estética global de la pieza.
Los cortos son una gran manera de empezar a desarrollar proyectos propios y construir un portfolio sólido antes de incorporarse a un estudio de animación. Para crear uno, se debe seguir un proceso estructurado similar al del cine de animación, pero adaptado a una escala más manejable.
Todo comienza con el concepto. A partir de ahí se desarrolla un guion que define qué se quiere contar, quiénes serán los personajes y qué emociones se desean transmitir.
En esta etapa se determinan el estilo visual y el tono. Para ello, se crean:
Es el momento de dar vida a los personajes y escenarios. Aquí se elige la técnica que se va a emplear y se empieza a animar cada plano según el guion técnico.
Este proceso abarca la edición final, la corrección de color, la integración de efectos y la incorporación del sonido y la banda sonora. Una buena postproducción puede elevar el impacto emocional del corto.
Explorar cortos reconocidos te ayuda a comprender el potencial narrativo del formato. Algunos ejemplos que han marcado tendencia son:
Este filme en 2D ganó el Goya a mejor corto animado en 2011 por su propuesta visual única e inquietante. A partir de él, sus creadores desarrollaron el largometraje Psiconautas, los niños olvidados y, con los años, se han convertido en referentes dentro del sector español gracias a películas como Unicorn Wars y Decorado.
Este cortometraje de Pixar fue clave para demostrar el potencial del 3D. Ganó el Óscar al mejor cortometraje animado y consolidó a John Lasseter como referente del sector. Tin Toy allanó el camino para lo que años después sería Toy Story, el primer largometraje animado tridimensional.
Este sorprendente corto polaco de estética oscura y poética obtuvo una nominación al Óscar y permitió que Bagiński se convirtiera en una figura clave de Platige Image, desde donde ha trabajado en cinemáticas para videojuegos, series y proyectos internacionales.
Estos ejemplos demuestran que el corto de animación es un formato versátil que ofrece una enorme libertad creativa y puede ser una plataforma de proyección para sus creadores. Conocer sus características y el proceso creativo que conlleva te ayudará a convertir tus propias ideas en proyectos narrativos sólidos.
Si quieres estudiar animación puedes consultar los diferentes grados y másters que ofrece el Creative Campus de la Universidad Europea y matricularte en el que más te interese.