

El estilo wabi sabi nos enseña que la belleza no reside en la perfección superficial, sino en la autenticidad, la conexión con la naturaleza y la aceptación de la no permanencia. En un mundo que nos bombardea constantemente con imágenes de perfección inalcanzable, esta filosofía nos invita a desacelerar, a valorar lo simple y a encontrar paz en lo imperfecto.
Aplicar el wabi sabi en el diseño de interiores es mucho más que elegir una paleta de colores o unos muebles específicos. Es adoptar una forma de vida más consciente, sostenible y centrada en lo esencial. Si te apasiona el mundo del interiorismo y quieres ir más allá de las tendencias superficiales para crear espacios con alma y propósito, el Grado en Diseño de Interiores presencial en Madrid o el Grado en Diseño de Interiores online de Creative Campus de la Universidad Europea es tu puerta de entrada a este fascinante universo. Durante la carrera no solo aprenderás técnicas y herramientas de diseño, sino que también explorarás filosofías como el wabi sabi, que entienden el espacio como una extensión de nuestra forma de vivir y sentir.
El wabi sabi es una filosofía japonesa ancestral que encuentra belleza en la imperfección, y la incompletitud. Sus raíces se encuentran en el budismo zen y en la ceremonia del té japonesa, donde se valora la sencillez, la modestia y la conexión íntima con la naturaleza.
"Wabi" se refiere a la belleza austera, elegancia simple y lasatisfacción que encontramos en las cosas modestas. "Sabi" hace referencia al paso del tiempo, a las marcas que deja el envejecimiento y a la belleza que emerge de la pátina de los años. Estos conceptos crean una visión del mundo que celebra lo auténtico, lo natural y lo genuino por encima de lo artificial y perfecto.
Aplicado al diseño de interiores, el estilo wabi sabi se traduce en espacios serenos, desprovistos de excesos, donde cada elemento tiene un propósito y una historia. Es el antídoto perfecto contra la cultura del consumo desenfrenado y la obsesión por la perfección que caracterizan nuestra época.
A diferencia del diseño minimalista escandinavo, que puede resultar frío en su búsqueda de la perfección, el wabi sabi abraza las imperfecciones: la grieta en una vasija de cerámica, la madera desgastada de una mesa antigua, el color desigual de un tejido natural. Estas "imperfecciones" no se ocultan, sino que se celebran como testimonio de la vida vivida y el paso del tiempo.
Para comprender el estilo wabi sabi en profundidad y aplicarlo con autenticidad, es necesario conocer los principios filosóficos que lo sustentan, son los siguientes.
Traducir esta filosofía al diseño de interiores implica trabajar con elementos específicos que reflejen sus principios:
Los colores del wabi sabi son los de la naturaleza: tonos tierra, beiges, grises suaves, blancos cremosos, marrones cálidos, verdes apagados. Nada estridente ni artificial. Los colores deben evocar la serenidad de un paisaje natural: la arena de la playa, la piedra de un río, el musgo en el bosque, la corteza de un árbol.
Esta paleta actúa como lienzo neutro que permite que los materiales y las texturas sean los protagonistas, creando espacios envolventes sin resultar monótonos.
El wabi sabi trabaja casi exclusivamente con materiales que provienen de la naturaleza:
En la decoración wabi sabi, lo táctil es tan importante como lo visual. Los espacios deben invitar a tocar, a sentir. Paredes con texturas naturales, tejidos con cuerpo, maderas sin barnizar que conservan su calidez al tacto. La experiencia sensorial completa es parte integral del diseño.
Las líneas perfectamente rectas y los ángulos de 90 grados se suavizan. Los muebles pueden tener formas ligeramente asimétricas, las vasijas presentar contornos irregulares, los textiles caer de forma natural sin planchado rígido. Se imita la naturaleza, donde la perfección geométrica es rara.
El wabi sabi no tolera el desorden ni la acumulación excesiva. Cada objeto debe tener su lugar y su razón de ser. Los espacios deben respirar, con amplias zonas vacías que permitan que la vista y la mente descansen. Esta organización no es rígida, sino orgánica y fluida.
Más que llenar el espacio con objetos nuevos y perfectos, el wabi sabi valora las piezas con historia: una mesa heredada de algún familiar, una lámpara encontrada en un mercadillo, un cuenco de cerámica hecho por un artesano local. Cada objeto debe tener una historia que contar o un significado personal.
A continuación, indicamos como implementar el estilo wabi sabi en los distintos espacios de un hogar.
El corazón del hogar debe ser un santuario de calma. Un sofá de lino en tono natural, una mesa de centro de madera recuperada con sus imperfecciones visibles, estanterías bajas con algunos libros y objetos cuidadosamente seleccionados, una alfombra de yute delimita el espacio. La iluminación proviene de grandes ventanales cubiertos con cortinas de lino que filtran suavemente la luz, mientras que, por la noche, se pueden utilizar lámparas de papel o de cerámica artesanal crean una atmósfera íntima.
El dormitorio es el espacio más personal y debe favorecer el descanso profundo. Una cama baja de madera sin tratar o con acabado natural, ropa de cama de lino en tonos tierra o blanco roto, una mesita de noche sencilla. Las paredes pueden tener textura de cal o yeso natural. Se puede implementar una mínima decoración como un jarrón de cerámica con ramas secas, una lámpara sencilla, nada más, ya que el espacio debe invitar al silencio y la introspección.
La cocina wabi sabi combina funcionalidad con estética a través de encimeras de madera o piedra natural, armarios abiertos o con puertas de madera simple, vajilla de cerámica artesanal en tonos neutros. Los utensilios pueden quedar a la vista si son de materiales nobles: cucharas de madera, tabla de cortar de cedro, ollas de hierro fundido. Todo debe ser usado y útil, no decorativo sin función.
Este espacio se convierte en un espacio de ritual y cuidado personal. Con piedra natural en suelos y paredes, madera para algunos detalles, textiles de lino para las toallas. Una bañera simple, sin chorros ni tecnología innecesaria. Iluminación suave. Accesorios mínimos como un jabón artesanal, un cuenco de cerámica, ramas en un jarrón, ya que el objetivo es crear un espacio que invite a la desconexión y el autocuidado.
Aunque el wabi sabi comparte con otros estilos como el minimalismo escandinavo o el japandi cierta austeridad visual, existen diferencias importantes:
Aplicar el wabi sabi en el diseño de interiores es mucho más que elegir una paleta de colores o unos muebles específicos. Es adoptar una forma de vida más consciente, sostenible y centrada en lo esencial. Existe una gran variedad de salidas en diseño de interiores a las que puedes acceder si decides estudiar diseño de interiores. Dentro de Creative Campus puedes consultar los diferentes másteres y carreras relacionadas con interiorismo y matricularte en el que más te interese.